ALUMNI. Experiencias de vida

Es difícil definir cómo te sientes o qué piensas cuando son tantas las experiencias y emociones vividas en poco tiempo.

Estas últimas semanas de mi vida pienso que han sido las más intensas que he vivido nunca.

Como médico residente de Medicina Interna en el Hospital Joan XXIII de Tarragona me ha tocado estar en primera línea con los enfermos de Covid-19. Es difícil definir cómo te sientes o qué piensas cuando son tantas las experiencias y emociones vividas en poco tiempo. Por un lado he visto como la enfermedad se ha llevado sin piedad los más vulnerables, los que en muchas ocasiones no les ha podido acompañar en aquellas horas hacia ser querido.

El sufrimiento de los pacientes, los familiares y del personal sanitario cuando veías que, por mucho que lo intentaras, no podías hacer nada, ha sido muy profundo y todavía me está costando de digerir. Pero, en medio de esta tristeza, se mezclaba un sentimiento de satisfacción cuando, gracias al esfuerzo, veías como muchos de los pacientes, poco a poco, recuperaban la salud y podían volver a casa.

En parte, pienso que he sido afortunada de haber podido estar en primera línea, y no porque sea mejor que los demás, sino porque mi profesión así lo ha permitido. Mientras otros no podían salir de su casa ni estar con sus queridos, yo he podido seguir trabajando y dedicándome a quienes más lo necesitaban. Procurando no dejar nunca de sonreír, brindando una palabra amable, tratando a los que estaban enfermos, ayudándolos a morir en paz.

Me llevo la alegría de los pacientes de la UCI cuando los subían a planta porque ya estaban mejor, los aplausos cada vez que dábamos de alta un paciente, los "gracias doctora por todo lo que ha hecho" ...

Estos días he podido palpar la comunión de los santos porque sabía que muchas de las oraciones de los más queridos y de muchos otros, iban hacia el personal sanitario que día tras día hemos sacado fuerza para ir a trabajar. No negaré que muchos días he llegado llorando a casa ni que en algún momento el agotamiento me ha impedido ver con claridad, pero lo que puedo decir es que esta situación he aprendido muchas cosas ...

¡Valoremos lo que tenemos, disfrutemos de cada instante de nuestra vida y demos gracias a Dios porque estamos vivos, podemos seguir viviendo y podemos seguir amando!

Anna Maria Febrer Nafría

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